miércoles, 13 de enero de 2010

Obsesiones

Obsesiones

Deseo ver,

Más allá de la nada.

Inquietantes ansias de tener

el mapa de las estrategias.

Fresco rumor del vacío

hiere,

la muralla de mi piel.

Niebla trapezoide,

apenas, percibo su esencia,

obsesiones silenciosas que estallan

en la tarde confundida,

ciega de soledades.

Algarabía en la puerta,

por la tormenta, luego del fuego.

Brisa apenas lograda, burbujas de la nada,

hilos incandescentes

que bailan,

la danza cósmica.

Se acerca el fin de la angustia.

Vaga mi imaginación.

Tu silueta, grandiosa para mi,

brilla

como un Cristo apocalíptico.

Maraña emboscada

en las redes de truenos

y relámpagos,

Yo, resplandor esférico,

miro el tejido celeste,

desde el trono de mis obsesiones.

25/11/09

(Anoche, durante la tormenta.)

sábado, 2 de enero de 2010

La rebelión del cóndor



La rebelión del cóndor

Sopla el viento de los Andes

en la plaza abandonada.

Llega el inca con su séquito

al pié de la horca, torturado,

por la mano genocida,

que condena la justa rebelión.

¿Por quién muere Condorcanqui?*

Por los dueños de esta tierra,

por los hijos sojuzgados

por el déspota invasor.

Un indígena de ojos tristes,

con coraje y resistencia

hace frente a idólatras

del oro y de la plata.

Y es el grito libertario

que retumba al mediodía,

por un cóndor que vuela alto,

por un pájaro que aunque muerto,

cantará a la libertad.

Y su canto cual proclama

va diciendo por los aires

que su estirpe se levanta

por trescientos años

de lamentos e injusticias.

Y es el cielo quejumbroso

que se enluta y hasta llora

por la muerte de un valiente.

Un hombre que fue bueno.

Un hombre que tenía el poder

y la herencia de su raza.

Un guerrero del incario

que reivindica con suplicios

a su pueblo esclavizado.

¿Quién es ese guerrero?

Es Túpac, es Túpac…..

Dice el viento de los Andes.

Y esos aires se confunden

y resuenan en los oídos

de los próceres de mayo,

los envuelve, les da fe.

Y así triunfan. Y así vencen

y estremecen se los valles

porque un cóndor de alto vuelo,

se ha inmolado por la paz.

Desde entonces resucita

en la sangre de la raza

ese fuego enardecido,

ese orgullo tupamaro,

de luchar en las patriadas.

Es la historia la que enseña:

sin justicia no hay paz.

Julio 2009


*José Gabriel Condorcanqui, (1740 – 1781), conocido también como Túpac Amaru II, (Serpiente resplandeciente, en quechua), ha quedado en los anales de la historia como el símbolo de la libertad americana. La rebelión encabezada por el Inca en el siglo XVIII, fue el movimiento social más importante de la historia colonial en el continente. Sus planteos en pos de la reivindicación de sus hermanos de raza, la milenaria civilización incaica, los justos reclamos a las autoridades españolas por parte del ejército formado por Túpac, llevaron a la destrucción total de él y su familia de la manera muy cruel, para ejemplo y escarmiento de los que quisieran imitarlo.